A nadar pues, al alba del río / un frío intenso, al principio, que luego es agua tibia/ aire líquido, para poder volar y recordar / la Isla del Sol, el Titicaca / volver, con el deseo, volver con el deseo y el recuerdo / que es la mitad del viaje hecho / volver al Lago Mágico / a toda esa atmósfera, amable y marciana/ rogándole al Cielo, que no haya turistas / que mi Paraíso / no haya sido arruinado / por un shopping center / aunque…pienso…reflexiono…¿cometo algún pecado si digo que me encanta estar en los aeropuertos?