¿Cómo fue
estrenar “La Nona”, su obra emblemática, en medio de la dictadura?, ¿hubo miedo,
presiones?,¿la
censura llegó a intuir que se trataba o que podía tratarse de una metáfora de
aquellos años siniestros?
“La Nona” reunía todas las
metáforas. Para algunos y para otros era el imperialismo, el dinero, la muerte.
Hay que tener en cuenta que en esa época todo se leía muy políticamente, es
decir, si un personaje decía “ladrillos rojos”, la gente ya pensaba que podían
ser palabras peligrosas. Vivíamos momentos muy intensos, entonces se latía el
no poder hablar, todo parecía que era intencionado. Recuerdo que nos tiraron
una bomba molotov en el teatro La Salle, donde se estrenó la obra,
que rompió una de las puertas de vidrio y chamuscó una de las alfombras.
Intentaron prohibirla, pero un funcionario democrático logró que esa
prohibición solo fuera para menores de 14 años. Fue un éxito, fue mucha gente.
Diálogo/reportaje
con Nicolás García Sáez