Yo lo acompañaba a Ezeiza cuando se iba a
Europa. Tengo cartas memorables de él, tengo una por ahí donde me cuenta de su
salud, en la primera, esta carta es del `91, voy a ver si te lo puedo decir de
memoria, la carta dice: ¨¿cómo andás paisanita? , yo con este desvelo desde que nací,
escuchando a Bach y a los vidaleros que se fueron cantando. Fui al cementerio
de Montparnasse a llevar claveles a mis amigos: Asturias, Baudelaire y Cortázar y les dije en voz baja: ¨espérenme¨. // ¨Tú como andas, paisanita amada, al fin y al cabo, Suna, la vida es ese
paso extraño que uno elige, aún sabiendo que morirá despedazado de amor y de
silencio. No bajes la guardia niña, y ten cuidado de esas tentaciones que
ofrece el arte mendigado, te recordaré como la changuita que vino a Buenos
Aires a ver , crecer y esquivar , coraje y prudencia , te saluda Atahualpa. ¨.*
Imagináte en la recta que cruza La Pampa, buscando
un surtidor de nafta, de noche, en dos ciclomotores, sin GPS, y con bidones
medio llenos o medio vacíos (según la esencia de cada conductor), mirando hacia
delante con los dos únicos farolitos de luz que pueden encontrarse en el
camino, con ñandúes, iguanas, zorros, perros salvajes y hasta algún
puma. // Pero ya no verá en la ruta iguanas, zorros, ñandúes, ni
ocasionalmente un puma. Ni el infinito cielo estrellado, a veces repleto de
"fugaces" o de lluvia de estrellas a la altura de Chacharramendi,
donde, con las respectivas precauciones, pueden uno y la otra apearse de los
"ciclos", echar una manta en el suelo, taparse con la otra,
abrazarse, penetrarse si hay ganas y esfumar esa adrenalina que no aguanta tan
poco continente. Ahí es aplicable una inmensa verdad: el mapa no es el
territorio. Ojalá haya surtidores cerca para borrar esa única incertidumbre de
un viaje único.**
*Suna
Rocha / Suna y Atahualpa
Fragmentos extraídos de textos inéditos publicados durante el 2021 en el blog de Los Verdes Platónicos