Se levantaba
bostezando, sus contornos a contraluz se expandían al nivel de sus caderas y se
equilibraban en sus mansas y curvilíneas piernas, que no contenían la
perfección pero eran capaces de dar abrigo o anunciar un hermoso ritual. Ese
territorio atravesado por el silencio y dominado por los sentidos desplegaba
una piel suave, fácil de acariciar, perfumada generalmente con esencias
frutales. En puntas de pie, caminaba desnuda hasta la ventana y al menor ruido,
casi a oscuras, buscaba mi ropa para cubrirse, porque aún después de haber
quedado ambas desprovistas de todo, ella sentía vergüenza y trataba de
ocultarse de mi mirada, muda, como la H griega que iniciaba su nombre.
Olga
Brazola / Opa Rire
Prólogo
de Fabián Reato
Diseño de tapa: I. Myszkoroski
Foto de tapa: Nicolás García Sáez
Cuentos / Editorial
Oliverio