miércoles, 29 de abril de 2020

HELENA (FRAGMENTO) // OPA RIRE // OLGA BARZOLA


Nada teñía su belleza ni agotaba mi asombro. Sólo a intervalos, su afecto me extraviaba, desconfiaba de algunos de sus halagos, aun­que sus palabras tenían una alquimia tal que parecían un conjuro. Cuando caminábamos por el Parque Urquiza se conmovía con los chivatos florecidos de fuego, o se dejaba guiñar el ojo con los mo­destos ibira pita, que parecían prenderse cautelosos de las barrancas perdidas del Paraná. En contacto con la naturaleza era feliz. Siempre decía que el silencio tenía sentido en estos lugares.