miércoles, 8 de abril de 2020

GUARANÁ (FRAGMENTO) // OPA RIRE // OLGA BARZOLA


También hablamos de la Laguna Sunini. Me dijo que allí, en las no­ches claras, la luna va dejando surcos de luz, reflejos que tiñen con su brillo el amarronado color de sus aguas. Fue casi poético cuando me des­cribió el transitar sereno de las hermosas flores de irupé, que se deslizan silenciosas sobre grandes círculos de hojas a los que se ciñen fuerte en todo su camino. Van tan agarradas que es muy difícil sacarlas. Cada tan­to, me explicó, puede verse en la costa fluvial un palo borracho con flores que se abren amarillentas en el centro y un tono rosado en los extremos, tan hermosas cuando aparecen junto a los gualeguay, que hasta el baño de los sirirí pierde su encanto. Según él, estos lugares habitados por gar­zas blancas, gallaretas, o teros del agua, son los mejores espejos del cielo