Pero es entre algunos, entre nosotros, con
otros, donde estos discursos pueden cambiar y operar de una manera diferente,
constructiva, haciendo visibles los caminos a seguir, los de un cuidado comunitario
y preventivo que nos permita fortalecer tanto el cuerpo como la mente y/o el
espíritu, el ser en su totalidad. Aunque esto no sea conveniente para un puñado
de inhumanos, tengámoslo como objetivo prioritario en tiempo de epidemia, que
el virus no sea mayor que el hombre.