Habito las penumbras del humo
blanco en algún lugar oscuro, como esas estelas que atraviesan mi cuerpo, mis
poros, los huecos en mis axilas. Los dedos de las manos rodean mi cintura,
contorneo las piernas, respiro hondo, exhalo y vuelvo las manos a la mollera,
¿para qué? Para liberar mis miedos.