¿Alguien conoce a otro/a alguien que no haya suspirado frente a la presencia o la imagen imponente de los Esteros del Iberá, todas esas lagunas mágicas y correntinas, la Bahía de Samborombón, el glaciar fueguino Vinciguerra, los atardeceres del Delta y el Paraná? ¿Quién no ha quedado boquiabierto frente a la presencia o la imagen de las lagunas puneñas de Catamarca, o inmerso en el fastuoso Jaukaanigás?