El lector y la lectora tendrán la oportunidad
de reconocer una voz cálida, de esas que no tienen estridencias ni molestan al
oído. Las palabras son las justas, porque no sobran en cada una de las
oraciones sino que encajan con la precisión de un mecanismo que girará
armónico, hasta llevarnos a un final insospechado. Olga hace literatura porque
nos cuenta lo que pasó con palabras e imágenes que no son las ordinarias.
Fabián Reato